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Para elegir el horno.

Cuando salimos a comprar un horno por lo general realizamos primero un mínimo estudio de lo que el mercado nos ofrece y de lo que cada uno, según su economía, puede adquirir. Pues es importante tener bien presente en el momento de decidirnos, estas ventajas y desventajas que cada uno trae.

Para que esta decisión sea más simple de tomar, y objetiva en cuanto al uso y necesidad por lo cual se lo precisa. Les traemos algunos consejos que simplificarán esta tarea sin que nos endulcemos de ante mano con la fachada o la aparente tecnología que se nos muestra:

Es importante tomar las medidas del lugar donde va a ser ubicado, aunque se integre al mobiliario , o vaya en la pared o suspendido. Las medidas de los hornos suelen ser uniformes más allá de su marca. Pero no sea caso que por calcular a ojo luego tengamos que modificar la estructura ya hecha de la cocina.

Luego, según la altura en la que se ubicará el artefacto tiene que ser el tipo de apertura a seleccionar. Ya que encontrarás hornos con puerta abatible , de apertura lateral o corrediza.

Otro punto a tener en cuenta es pensar como se ve nuestra cocina. Cual es su decoración. Los modelos de acero inoxidable o cuyo acabado es negro en su totalidad siempre lucen bien y se les nota menos el desgaste con el uso.

Si disfrutas de cocinar, cuentas con una familia numerosa, o normalmente recibes invitados a comer. Se debe prestar atención a la cantidad de bandejas que presenta el horno. No se suele tener en cuenta y es lo que permitirá más facilidades o dificultades a la hora de elaborar varios platos.

Siguiendo con la cuestión culinaria, el artefacto debe cumplir con las funciones mínimas que cada uno necesita, ya sea de cocción a vapor ,calientaplatos, tostador, grill, etc.

Los nuevos modelos presentan funciones complementarias como por ejemplo señales acústicas que informan sobre el estado de cocción, avisos de finalización de tareas, pantallas táctiles que permiten el ingreso de datos según cada preferencias, e inclusive algunos cuentan con sistema de autolimpieza.
Claro que todos estos chiches modifican el precio y son más o menos necesarios según el uso que verdaderamente le demos.

Las Placas de inducción.

Si bién la vitrocerámica supuso una revolución en las cocinas, principalmente por su sencillez y por lo fácil que resulta limpiarlas, el en caso de las placas de inducción tenemos que añadirle el que fueran destacadas ya que consiguen que no podamos quemarnos mientras preparamos nuestros mejores platos.

Explicaremos que las placas de inducción funcionan a partir de un campo magnético que genera la temperatura que se crea debajo del cristal que llevan incorporado.

Ese calor, pasará directamente a la base del recipiente que coloquemos sobre el cristal, pero éste no se calienta lo que evita el que nos quememos, evitando así un riesgo y un peligro que durante años ha estado presente en todas las cocinas.

A esto hay que sumarle a que no hace falta el esperar a que la placa esté fría para que podamos limpiarla ya que el cristal jamás llega a calentarse, haciendo que las placas de inducción puedan estar siempre limpias, que funcionen además muy rápido y lo mejor de todo es que son fáciles de instalar.

Además, las placas de inducción las podemos encontrar en el mercado colocadas en encimeras modulares para una fácil y sencilla instalación que nos permitirá el poder preparar en poco tiempo y sin manchar nada de nada los platos que comamos a diario.

Como inconvenientes podriamos decir que, para recoger esa inducción magnetica no sirve cualquier caldero, sino que hace falta uno con un fondo especial, que debemos  tenerlo en cuenta a la hora de adquirir la placa de inducción.